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sábado, 31 de marzo de 2012

Recordando a María Elena

Recordando a María Elena
Blog "Ataxia y atáxicos".
Por María Elena Osuna, paciente de Ataxia de Friedreich, de México.

Nota previa del administrador del blog:

Esta mañana, al abrir el correo, me he encontrado un aviso, de la lista HispAtaxia, anunciando que mañana hubiera sido el cumpleaños de María Elena, paciente de Ataxia de Friedreich, de México. He puesto el verbo en pretérito, porque María Elena falleció hace unos seis años.

María Elena era paciente de Ataxia de Friedreich... con bastante severidad. La recuerdo como una persona dulce y súmamente pacífica... afrontando su dificil situación de salud con una sonrisa, y sin una sola queja. Siempre estuvo apoyada por su familia... incluso su hermana, últimamente, le ayudaba tecleando por ella. Ignoro si previó alguna vez el cercano fin de sus días, pero para quienes vamos por fuera, la muerte de un amigo siempre nos sorprende.

Hoy, aniversario de su cumpleaños, quiero tener, en el blog, un recuerdo para María Elena, editando uno de sus sus cuentos alojado en la vieja página web de la desaparecida Hispano-Ataxia
.

La edad de la ternura Por María Elena Osuna, paciente de Ataxia de Friedreich, de México.

En un cálido día de verano, una jovencita miraba cómo pastaba una hermosa yegua en un pradillo verde con olor a hierba recién cortada. En aquel momento llegó un jovencito, y en el rostro de niña se vio dibujada una gran alegría al verlo. Se saludaron con entusiasmo. La niña se llamaba Olivia, y él Santiago. Ella le habló de su yegua, llamada Lirio, y de cómo la quería, pues se la había regalado su padre al cumplir trece años.

Santiago era hijo del dueño de la lechería del pueblo, y ella era hija del encargado del correo.

Cuando Olivia llegó a casa, encontró a su padre muy serio. También vio a su madre un poquito nerviosa. Le dijeron que querían hablar con ella:

- Sabemos cómo quieres a Lirio, pero estamos pensando venderla, porque necesitamos dinero.

Al oír esto, Olivia sintió que el mundo se le venía encima, y no pudo contestar nada... sólo subió rápidamente las escaleras para entrar en su cuarto.

Esa noche, Olivia casi no pudo dormir, pensando en Lirio. ¿Quién peinaría con cariño su crin? ¿Quién le daría de comer sus terrones de azúcar? Miró las estrellas por entre las aberturas de las cortinas... siempre le habían parecido muy alegres al titilar, pero en aquel momento se veían tristes y opacas.

Al día siguiente, Olivia estaba en su jardín bajo un árbol mirando a los pájaros que saltaban alegremente de rama en rama. Y se decía: "¿cómo es que están tan alegres, y yo me siento tan triste?". Entonces sintió que alguien le tapaba los ojos, y adivinó que era Santiago, pues él solía hacer eso.

Santiago venía a invitarle a pasear, pero ella no aceptó. A él le pareció extraño que rechazara la invitación, pues le encantaba salir. Por ello, le preguntó si le pasaba algo. Entonces, le contó llena de pena lo que iba a suceder con Lirio. Olivia estaba tan triste que casi le brotaron las lágrimas. Eso hizo que él se sintiera mal. Y, muy decidido, le dijo que no se preocupara, que él haría algo, que confiara en él.

Más tarde, Olivia pudo saber que había llegado a casa un hombre acompañado de su hijo, y que venían para tratar de la venta de la yegua. Pensó que ya iban a llevársela, y no quiso verlo. Así que se salió al jardín. Allí estuvo hasta que empezó a caer la noche, y vio la luna muy tenue, como una nebulosa... y siguió allí hasta que la luna ya estaba en todo su esplendor. Era la hora de la cena. Entró a cenar, pero no se atrevió a tocar el tema de Lirio.

A otro día, muy temprano, a la hora que entregaban la leche, entró su madre muy alegre a decirle que saliera, porque le esperaba una sorpresa. Ella se levantó, y salió a la calle:

¡Cuánta admiración le causó ver el carrito repartidor tirado por Lirio, que iba muy ufana con la carga de tarros de leche!.

Entonces recordó la voz de Santiago diciéndole que confiara en él... y en su cara se dibujó una gran sonrisa de amor.

Y colorín colorado, este cuento se ha terminado.

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2- Sección "Disco dedicado":

Hoy para estar en consonancia con el tema del recuerdo a María Elena, después de haber suprimido la sección habitual del PowerPoint, se enlaza con una canción de mi colección: "Sevillanas del adiós". Está interpretada por "Amigos de Ginés". La canción es de 3:12 (incluidos los silencios entre estrofas). Y el archivo, en formato ".wav", pesa solamente 563 KB.

Para escuchar y/o guardar la canción, hacer click en: Sevillanas del adiós.

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